Nelson Figueroa Díaz pertenece a una nueva generación de artistas. No pinta por pintar. Pinta por hablar. Y su lenguage de imagenes no es rebuscado ni complicado, es sencillo, directo, al grano.
“Childhood Files” (Archivos de la Infancia), que estreno este sabado 20 de febrero en Puerto Rico Fine Arts Gallery de Ponce, su primera exhibición individual. La propuesta de Figueroa consta de 20 piezas de gran formato en medio mixto que mediante el uso de objetos familiares, animales e íconos provocan, impactan y llevan un mensaje.
“Busco plasmar los tiempos en que vivo,” dice el artista ponceño. “No pinto por estética, pinto para expresar la época en que vivimos, las preocupaciones que tenemos, los errores que cometemos. Sobre cada lienzo, esta mi conciencia.”
Figueroa describe su arte como Art Neo Pop. Lo domina. El Neo-Pop es un movimiento de arte que evolucionó del Pop, nació en los 1980s y permite al artista expresarse sobre sus circunstancias y época en la que vive usando articulos cotidianos y comunes que pasarían desapercibidos en cualquier otro escenario ajeno al lienzo.
El joven talento los objetos para sus obras cuidadosamente porque quiere hablarle al público sin traductores, de forma sencilla, “Soy así, sencillo, real, claro.”
Graduado de la Escuela de Artes Plásticas de San Juan, Figueroa tuvo sus comienzos en el graffiti. Empezó expresando sus inquietudes sociales en la calle, “buscaba color, libertad y me senti atraído por la falta de reglas que impera en el arte del graffiti.” Años más tarde, “creci, y también creció mi pasión por las artes plásticas…seguí mi camino, es parte de la evolución.”
“El arte es vida,” dice. “El arte es un camino, es una herramienta para expresarse. Para mí, es como respirar.”
Figueroa Díaz prefiere el minimalismo, el expresionismo abstracto.
“Pinto pensando en la vida, en el por qué de las cosas,” explica. “Por qué estamos aquí, por qué nos complicamos…”
“Childhood Files” es una colección de algunas de sus preocupaciones, y las ubica en sus años de infancia porque reconoce que nacieron desde que era un niño. Igualmente, explica que aun ahora, cuando es padre de una niña de diez años, conserva la franqueza de un niño. Y lo celebra.
“Soy así, sin rodeos ni máscaras,” dice. “Los niños son honestos, transparentes. No debemos perder esa honestidad, esa sencillez de mirar la vida y cuestionarla. Nunca.”
La obra de Figueroa Díaz es provocadora por partida doble. Visualmente es impactante, las imágenes que presenta son llamativas. Pero igual de sugestivos son los títulos que escoge: “La Ecuación Universal,” para exponer su idea sobre la vida y la destruccion mediante la imagen de un huevo y un sartén; “Duelo de Elefantes,” para hablarnos de las inútiles peleas sangrientas de la humanidad…utilizando el visual de la lucha de dos elefantes rosados; y “Al Final del Camino,” donde propone mejor cuidado del medio ambiente para proteger la vida animal, y la vida humana. Esta última la representa con espectaculares glaciares derretidos, y en uno de ellos, un oso polar muy pequeño, desconcertado.